Siempre amé la libertad y muchas veces sentí que era libre. Y otras, no tanto…. Y es que no dejo de sorprenderme cuando puedo reconocer que en algunas circunstancias, aún me pesa la mirada de los otros!!! Es sutil, es invisible, a veces más o menos conciente, pero la mirada de “algunos otros”, está ahí acechando, juzgadora …
No son los otros, claro! Es nuestra mirada sobre la mirada de los otros. Parece un juego de palabras, aunque es mucho más que eso, es el valor de “verdad” que le doy a lo que pienso que los otros piensan de mi, y enrealidad, es mío. Siempre soy yo la que se dice, se juzga, esppera aprobación.
Claro que los otros no son “cualquier otro”. Suelen ser personas para nosotros importantes, valiosas, significativas, cercanas en el afecto.
Por eso, aún sin saberlo o reconocerlo, por “una lealtad ciega”, seguimos siendo funcionales a “lo que nos imaginamos que el otro espera de nosotros”.
Cómo somos leales? Por ejemplo, no permitiéndonos ser quienes somos. No decir o hacer lo que sentimos. Haciendo cosas que no nos hacen bien y sin embargo sostenemos. No permitiéndonos decir que “no” a algo por culpa o por miedo a que nos dejen de querer, aceptar. No haciéndonos cargo de la vida que queremos realmente tener por miedo a tomar decisiones, a las consecuencias que esto tendría. En fin, podría sonar a cobardía, aunque creo realmente que es una lealtad ciega. Ciega en el sentido que no lo podemos ver, aunque ahí está.
Es que somos clánicos!!!! y la sola idea de quedar fuera del clan, nos aterra. Entender esto, explica mucho este peso de la mirada (supuesta) de los demás. Esa sensación de culpa, de estar fallándole a alguien aunque en lo concreto, no estés haciendo más que elegir tu camino.
Y si te mirás un ratito, si te bastraés de la mirada de estos otros, si te das cuenta que en alg+ún aspecto n o estás feliz, es posible que estés atado a alguna creencia, a algún mandato, también a algunos miedos, claro, que probablemente no tengan ningún asidero con tus posibilidades, hoy.
Seguramente dar ese salto hacia lo nuevo, además de los miedos esperables, te genera temor a fallarle a alguien, o hacer algo que el clan no aprobaría. Quién dice que ser feliz no implica arriesgarse, incomodarse, tomar responsabilidad? La felicidad es un trabajo, lo sabemos…
También podemos tomar “ la supuesta mirada del otro”, para fortalecernos, para trascender, para ser leales a nosotros y porqué no, imaginarnos que sí, que nos miran, que están atentos y aún así, elegir ser leales a nosotros, y eso no quita el amor que les tengamos.
Estamos profunda e inevitablemente ligados a nuestro clan. Siempre pertenecemos al lugar de donde venimos.
A la vez, y mas allá de haber elegido pertenecer a la familia en la que nacimos, vinimos a la vida con un propósito personal, individual y transcendental.
Entonces.. cómo abrazar la supuesta (o explícita) mirada de los otros, y no obstante hacer nuestro camino personal, con plenitud?
Cómo hacer para vivir con mayor libertad nuestro paso por este plano, siendo leales a nuestros sueños, anhelos, estilos, decisiones?
Sirve tal vez recordar que jamás perdemos el sentido a la Pertenencia , que nada puede quitarnos ese derecho a ser parte del clan del que venimos…
Un abrazo, Moni